Piteas el Masaliota

Piteas el Masaliota (Siglo IV a. de C.)

Durante mucho tiempo Piteas será el navegante que ha ido más lejos y que mejor ha documentado sus viajes.

Dotado de una mente de carácter científico y una financiación privada, según aseguran las crónicas, se aventura a finales del siglo IV a. de C. más allá de las Columnas de Hércules fijando antes de su salida la latitud del lugar de partida y teniendo a la Estrella Polar como guía.

Piteas es el primero que observa las diferencias de amplitud en las mareas y las relaciona con las fases de la luna, y también quien saca de sus observaciones una altura precisa de la Estrella Polar.

Durante su viaje toca Ouessant, en la Bretaña francesa, y arriba a Cantion, Kent, al sur de Inglaterra. Allí se aventura en un viaje terrestre para reconocer las minas de estaño de Belerion, en Cornualles. En su relación asegura que "las gentes son verdaderamente hospitalarias y conversan con los comerciantes extranjeros adquiriendo sus maneras y suavizando las propias". Al parecer, el estaño era trasladado a través del Canal de la Mancha hasta el Mont Saint-Michel, desde donde se distribuía hacia Marsella.

En su ruta hacia el norte bordea Escocia y llega hasta la isla de Tule, o las Islas Shetland, o Noruega, en una travesía de seis días de duración desde el norte de Escocia. Se adentra, al parecer, en el mar Báltico y llega finalmente a la desembocadura del río Vístula. En las heladas regiones de Tule el curioso observador que es Piteas anota esta acertada descripción de lo que es la helada niebla desde el borde de cuchillo de un banco de hielo:

" Ni la tierra, ni el aire, ni el agua existen separadamente, sino una especie de concreción de todo, en el que la tierra, el mar y el aire están suspendidos [...] Nadie podría viajar a través de eüo, nadie podría navegar."

Observó como a medida que viajaba hacia el norte los hábitos de bebida de los de los pueblos variaban y del vino se pasaba a la cerveza y de la cerveza a la hidromiel. Piteas fue el primero que describió la cerveza y habló de como a consecuencia de la lluvia y de la falta de sol, la trilla no se realizaba en las eras sino en amplios cobertizos. Sin embargo, el gran numero de exageraciones en sus relatos y sus inexactitudes en las medidas que proporcionan hacen exclamar al historiador Estrabón, a través del cual nos han llegado sus obras Sobre el océano y Descripción de la Tierra, que:
"El hombre que da cuenta de Tule, Piteas, ha sido reconocido como un mentiroso redomado... En sus discursos sobre los "ostideos y sobre los pueblos de allende el Rin hasta los escitas, todo lo que dice de los lugares es embuste. Quien acumula tantas mentiras sobre lugares conocidos difícilmente podría decir la verdad sobre lugares que nadie conoce."

Que la Tierra es redonda es algo que nadie duda en este siglo, pero entonces esta idea aún se expresa de forma harto confusa. Ya en el siglo VII a. de c. los Jonios consideran, a través de la simple observación del horizonte, que el planeta es una esfera, pero imaginan la Tierra como un disco, hecho sobre el que más tarde ironizará el poco benévolo Herodoto. En el siglo VI, un discípulo de Tales, Anaximandro de Mileto, constata la curva del meridiano y llega a imaginar un cilindro, y en un alarde, hasta una esfera; pero son las observaciones de Piteas sobre la distinta duración de los dias en el Atlántico norte, la larga noche en invierno y el sol de medianoche en verano, las que acaban por desechar las imposibles teorías de una tierra plana.

Espero que la lectura haya sido de vuestro agrado.
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