Como Almacenar y Guardar El Vino - Las condiciones - Parte 2

Las condiciones imprescindibles para un buen almacenamiento pueden resumirse de la siguiente forma.

Temperatura. Antes de organizar una bodega, tome las temperaturas máximas y mínimas en diversos sitios y anótelas para elegir los más frescos. Si es posible, localice las fuentes de calor y neutralícelas aislando, por ejemplo, las tuberías de agua caliente. Selle las entradas de aire frío. Aisle las puertas que den a las zonas con calefacción de la casa con poliestireno o fibra de vidrio. El objetivo es obtener una temperatura constante. Continúe anotando las temperaturas hasta que haya conseguido establecer sus fluctuaciones a lo largo de un año.

Luz. La luz perjudica el vino, sobre todo los vinos blancos y los espumosos. Asegúrese de que la bodega es oscura. Tape todas las posibles entradas de luz exterior por muy pequeñas que sean. Naturalmente, será indispensable una bombilla eléctrica para poder ver dentro de la bodega, pero procure que no sea muy potente y apáguela siempre al salir.

Limpieza. Limpie a fondo la bodega antes de depositar en ella los vinos. Utilice un desinfectante, de preferencia inodoro, para eliminar los mohos y los insectos. Después, encale las paredes: la cal es porosa y, sobre paredes de ladrillo o de piedra, no impide la ventilación natural.

Humedad. La humedad ideal debe ser del 75 al 80 %. Una humedad excesiva pudriría las cajas de cartón, las etiquetas e incluso los corchos. La falta de humedad reseca los corchos. Se puede aumentar la humedad cubriendo el suelo con una capa de grava que hay que regar cada cierto tiempo. Los deshumidificadores pueden impedir una humedad excesiva, pero son aparatos costosos cuya instalación sólo se justifica en las grandes bodegas. En las pequeñas, bastará con mejorar la ventilación y con aislar determinadas fuentes de humedad (muros que rezuman agua, por ejemplo). Si las etiquetas tienden a despegarse, con una simple goma se evitará que una buena botella caiga en el anonimato.

Ventilación. La circulación de aire es esencial, aunque puede hacer subir la temperatura. Una buena bodega debe tener respiraderos o ventiladores para que el aire exterior entre y circule. Sin embargo, tienen que poder cerrarse cuando hace demasiado frío o demasiado calor. Si la bodega está orientada norte-sur, coloque los respiraderos lo más bajo posible en el lado norte y lo más alto en el lado sur. Por efecto de la convección, el aire cálido saldrá por la abertura alta del lado sur y será reemplazado poco a poco por el aire fresco que entra por el lado norte.

Vibraciones. Las vibraciones fuertes, provocadas por los electrodomésticos o la cercania de una carretera pueden perjudicar el vino (cuidado con las escaleras). Los casilleros o botelleros son un elemento aislante.

Disposición. Para en fácilmente las botellas, ordene los vinos de un mismo tipo, unos al lado de otros. Utilice algún tipo de etiquetado o hágase un plano

Facilidad de acceso. Una vez en la bodega, el vino no debe moverse. Tiene que ser posible coger cualquier botella sin tener que tocar otra. Evite por tanto las disposiciones rígidas que no permitan eventuales modificaciones.

Inclinación. El vino debe estar en posición horizontal para que el corcho permanezca en contacto con el líquido. Pero se pueden inclinar ligeramente lo casilleros para que los posos se precipiten al fondo botella, manteniendo al mismo tiempo el corcho humedo.

Espero que la lectura haya sido de vuestro agrado.
Comparte este link con tus amig@s: mispapyros.blogspot.com.es